PROPUESTA DE MODELO DE PROYECTO DE MEDIACIÓN DE
CONFLICTOS
Elisabete Pinto
da Costa
Los
desafíos de la
mediación
de conflictos para
la escuela actual
La
escuela
contemporánea
se
ha
confrontado
con innúmeras problemáticas sociales que obligaron a reflejar sobre su
misma. La escuela enfrenta a la presión de
ser una plataforma de cambio social, a la que se exigen nuevas funciones y
nuevos papeles que
permiten responder a la pluralidad de responsabilidades socioeducativas del siglo
XXI
y deferente de los pilares fundamentales de la educación: saber saber; saber hacer;
aprender a vivir juntos; saber estar y
ser. Hoy, cabe a la escuela encontrar nuevas y
eficaces fórmulas de gestión de su espacio social, educativo y
cultural en una lógica de ciudadanía, de inclusión y de calidad socioeducativa.
En el contexto escolar, la socialización se
traduce en el esfuerzo de transmisión y en la efectiva apropiación de normas y
reglas de comportamiento necesarias a la vida
escolar y, consecuentemente, a la vida en comunidad. En ese
sentido, la articulación de
las normas, valores y saberes adquiridos reflejan el cuadro cultural de cada escuela. Las divergencias y las roturas relacionales, que se revelan en los índices de indisciplina,
conflicto y
violencia, constituyen una fractura a la normatividad escolar que se espera
que exista ahí. Ora, la necesidad de fomentar
la convivencia, por la gestión positiva
de las relaciones interpersonales y
de los conflictos,
y no solamente de una sana coexistencia, se
volvió una prioridad
de la escuela de todos
y para todos.
La escuela constituye, así como los sujetos de la comunidad educativa, un actor aprendiente, una unidad de cambio y un pilar central de la mejoría. Confirmada esta premisa, se reconoce
que cualquier intervención por el cambio, cuestiona
la clásica gramática
organizacional de la escuela. Todavía, la cultura organizacional tiende a
cristalizarse y, consecuentemente,
obstaculiza la innovación necesaria para dar respuesta a los
desafíos impuestos
por la evolución de la sociedad.
Sostener
la intervención
por la
mediación en la
cultura organizacional
de la escuela tiene ventajas: por un lado, el proceso de construcción de la cultura
puede
tener
impacto al nivel
de la estructura formal de la organización y, por otro lado, se puede crear
la perspectiva
de obtención de
resultados partiendo del desarrollo de esa estructura
organizacional. En ese sentido, la mediación debe
influir al nivel de la cultura organizacional escolar, o sea, diseminarse en las conexiones y relaciones consecuentes
de la
normas, de los procedimientos, de las prácticas, de los valores y
de las creencias
compartidas entre todos.
La
mediación en el contexto
educativo
La mediación en contexto escolar es presentada como un método de
resolución de
conflictos (vocación instrumental), mientras tanto, tuvimos la oportunidad de
confirmar el potencial educativo de
esta metodología de intervención (vocación educativa), o de
reconocerla como área
para explorar en la formación de
habilidades sociales basilares
para la vida en comunidad (vocación formadora), hasta que nos confrontamos con un
universo de potencialidades generadoras de nuevas posibilidades proporcionadas por este modelo de regulación social (vocación transformadora, de cohesión y
justicia social).
Se
trata de potenciar la mejoría de los contextos relacionales – de
cualquier contexto, una vez que todo y
cualquier sujeto vive y
se reconoce en la relación con los
demás - y de los contextos organizacionales – cuando se pugna por la coherencia entre los
valores de la cultura de cualquier comunidad y los valores de la mediación. Esto es,
las innovaciones organizacionales, encetadas para das encuadramiento a la mediación, se revelan mejorías de
la estructura
formal de
la organización y, sobre todo, legitiman y refuerzan los procesos sociales
que se desarrollan en ese contexto.
Cada tipo de mediación configura una metodología específica utilizada para
intervenir en
problemáticas sociales
emergentes
en el espacio escolar. La mediación de
conflictos propone un abordaje
socioeducativo a las
situaciones de conflicto y se foca en las relaciones interpersonales, prosiguiendo como objetivo
principal saber vivir juntos y a aprender juntos. Esta mediación no ocurre simplemente para responder a conflictos existentes en
la escuela, se
asume también
como un proceso de (re)construcción de una
convivencia ciudadana, segundo diversas lógicas: resolutiva,
educativa, formativa,
preventiva e inclusiva. La mediación en la escuela visan
(re)criar espacios de socialización positivos, fomentar formas positivas de sociabilidad y
proponer modelos
positivos de (re)configuración de lazos sociales.
Las exigencias
de
los proyectos de
mediación de conflictos
Los proyectos de mediación de conflictos (PMC) se figuran como dispositivos de
intervención de mejoría (como proceso de innovación y no tanto como situación final a
alcanzar). La primera generación de este tipo de
programas, mediación entre pares
(programas cuadro) advocaba resultados positivos al nivel de las habilidades
relacionales y del clima social de escuela. Las críticas denunciaron, no obstante, que
este tipo de iniciativas carecía de una dimensión organizacional,
que permitiera sostener
la mediación en varias áreas y le confiriera amplitud y sustentabilidad (sistema
disciplinar, sistema de convivencia, aspectos curriculares, aspectos pedagógicos,
comunidad educativa, cultura
de
escuela y dimensión
sociocomunitária). Estas
iniciativas
amplias
llamamos de proyectos de mediación escolar
de segunda generación.
Estos proyectos son apuntados como
buenas prácticas, en
función
de los resultados confirmados por estudios que
tienen marcado
la agenda de la investigación.
La propuesta de un modelo de proyecto de mediación enfocado en la mejora de la escuela
Teniendo
por referencia las ideas anteriores, concebimos la implementación de un PMC de vocación amplia, cuyo modelo asienta
en
tres dimensiones: procesual, interpersonal/social y organizacional
La primera dimensión se focaliza en el proceso y
en
el producto de la
implementación del proyecto, siguiendo un modelo padrón de
intervención (Cuadro nº 1
y Cuadro nº 2);
CUADRO Nº 1 - FASES Y ETAPAS DE IMPLEMENTACIÓN DEL PMC
PROYECTO MCEE
|
Informar
|
Reunión con representantes
de los órganos escolares
|
||||
Coordinar
|
Constitución
del equipo
de
acompañamiento del
proyecto
|
|||||
Diagnosticar
|
Levantamiento
de datos
|
EVALUACIÓN
|
Evaluación de
diagnóstico
|
|||
PROCESO
|
Planificar
|
Confirmación del proceso y
de los procedimientos
|
Evaluación
del proceso
|
|||
Operacionalizar
|
Sensibilización
Formación Institucionalización Actividades
de mediación Divulgación y diseminación
|
|||||
Evaluación
final
|
CUADRO Nº 2 – CALENDARIZACIÓN DE LA IMPLEMENTACIÓN DEL PMC
1º AÑO
DE INTERVENCIÓN
|
Información a los
órganos escolares
Definición de la equipa coordinadora
Realización
del diagnóstico
Definición de la planificación
Sensibilización de los adultos (profesores, técnicos, funcionarios y
padres)
Formación
de
los profesores
Formación
de
los funcionarios no docentes
Evaluación
|
2º AÑO
DE INTERVENCIÓN
|
Creación del equipo y de la
estructura de mediación
Sensibilización
dos alumnos
Selección de los alumnos para la formación
Formación
de
los alumnos mediadores
Formación
de
los padres
Institucionalización de las estructuras de mediación (dinámica de mediación formal y mediación informal) e inclusión de la
mediación en los documentos
de la escuela
Realización
de
actividades
de
mediación (en momentos curriculares, transcurriculares y extracurriculares) para los varios
grupos da comunidad educativa
Articulación
del
PMCE
con otros servicios y proyectos
escolares –
integración del equipo coordinador de
mediación en el equipo multidisciplinar
Evaluación
|
3º AÑO
DE INTERVENCIÓN
Y AÑOS SIGUIENTES
|
Divulgación y diseminación de la mediación
Formación
de
alumnos mediadores
Funcionamiento de las estructuras de mediación (dinámica de la
mediación formal e informal)
Realización
de
actividades
de
mediación (en momentos curriculares, transcurriculares y extracurriculares) para los varios
grupos de la comunidad educativa
Envolver la comunidad y otras
escuelas en el
proyecto
Reforzar la articulación del PMCE con otros servicios y proyectos
escolares
Evaluación
|
la segunda dimensión se refiere a los aprendizajes y a la adquisición de habilidades de mediación, a la creación de figuras mediadoras y al funcionamiento de estructuras de
mediación; la tercera
dimensión se reporta a la inclusión del proyecto en la
estructura formal de la escuela,
así como
la
inclusión
de la mediación
en los procesos de
interacción
social,
dotándola de principios, procedimientos y prácticas
de mediación que se pretenden enraizadas en
los sujetos y en la cultura.
Más que aplicar un método, usar una
técnica o crear estructuras de gestión y resolución
colaborativa de conflictos,
el PMC
debe
asumirse como una tecnología
social de mejoría socioeducativa.
A través de un estudio de caso, de uno de nuestros proyectos implementados
en
Portugal
según este
modelo de largo espectro,
la investigación reveló
que: I) en la dimensión procesual,
el proyecto debe ser:
i)
necesario y útil para la comunidad educativa;
ii)
dinámico, apostando en la diversidad de
actividades (educativas, formativas y
lúdicas);
iii) integrado en el modelo
de gestión de la convivencia escolar y centrado en estructuras de mediación asumidas como motor de engranaje del proyecto (estructura y equipo, con un núcleo de mediadores permanente y un grupo
alargado
de
mediadores
rotativo);
iv) colectivo, envolviendo la participación de todos los actores; profesores, alumnos, funcionarios, padres y
representantes de los órganos escolares en la
varias valencias
del proyecto;
v) sistemático,
una
vez que
se
impone una
atención
continuada al
funcionamiento y renovación del PMC que garantiza su sustentabilidad. Para eso es también importante reconocer los factores potenciadores y
de constreñimiento que se puedan colocar
al proyecto.
II) en la dimensión interpersonal/social,
el proyecto debe enfocarse:
..i) en el empoderamiento de los sujetos. Para eso, son estratégicas las actividades educativas y
formativas, para profesores, alumnos, funcionarios y
padres, que
potencian el desempeño personal, social u profesional en la gestión de las relaciones interpersonales y
de los conflictos.
Para eso, importa cuidar la
incidencia de los valores y
habilidades de la mediación en las prácticas
pedagógicas, en
momentos
curriculares,
transcurriculares
o extracurriculares.
ii) en las figuras (profesores y
alumnos mediadores) y estructuras de mediación
(equipo y oficina). Las primeras se asumen embajadoras de la mediación y las
segundas se presentan como operacionales de la mediación en los tres niveles
de prevención: primaria,
secundaria y terciaria.
III) en
la dimensión orgánico-cultural,
la mediación debe:
i) ser
institucionalizada
en
la estructura formal de la escuela, como por
ejemplo, en los documentos
estructurales y
estratégicos, como: proyecto educativo, proyecto curricular, reglamento interno,
plan de mejoría,
informe de evaluación;
ii) instalarse, gradualmente, en las dinámicas relacionales y
sociales, afirmándose
en el ámbito de
la estrategia de
diferenciación pedagógica y educativa.
La adaptación de
la estructura formal de la escuela
a la mediación legitima y
refuerza el su funcionamiento y su internalización en
los
procesos
de
interacción social en contexto escolar. De
esa innovación resuelta un imagen positivo
de autoestima, personal
e institucional.
Con este estudio de
caso se confirmó que
las tres dimensiones constituyen más- valías de un modelo de PMC, una vez que involucra toda la escuela y visa garantizar la
prosecución de una educación y cultura de convivencia
pacífica, bien como
de
la
calidad educativa y de la mejora de la escuela.
También se
reconocieron constreñimientos institucionales, de
recursos y,
especialmente, culturales. La mediación es una
propuesta de interacción social en contra corriente al modelo competitivo que tiende a imperar en la
sociedad actual. Por eso, la afirmación de la cultura
de mediación requiere una continuada
diseminación en la comunidad
educativa y en la comunidad
en
general.
Ideas finales
En síntesis, en la adopción de un PMC se
propone una intervención amplia y sostenible, por
lo que el involucramiento, tanto de
los individuos, como de la escuela
como organización, es asumido como una condición capital. La
escuela es una entidad
aprendiente, capaz de innovar y, así, acompañar y apoyar a la innovación propuesta a
los sujetos que la constituyen, en una coherencia expresiva de
valores, creencias,
principios y normas. Además de los individuos, tópico común de este tipo de intervención, nos ha interesado la
escuela,
detentora de una cultura propia. Todos esos elementos forman parte de las dimensiones del proyecto: procesual; interpersonal/social
y organizacional.
Estas tres dimensiones deben ser cuidadas de forma articulada, como
se existiera un flujo de sinergias mutuas. En esas dimensiones
se identifica y
se confirma un conjunto de elementos esenciales para
la implementación, eficiencia y eficacia de
un PMCE de
amplio espectro. Así, a
través de la mediación, es posible desarrollar, de forma ordenada, continuada y
persistente, una reculturalización de la cultura escolar
que haga la diferencia positiva en los individuos y en
la sociedad.
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